Me gustarĂa contarle al mundo, una inquietud que ha venido a invadir mi cabeza hace escasos momentos.
Sobre lo que voy a hablar es una sensaciĂ³n difĂcil, una frontera, que seguro que muchas otras personas han atravesado antes, que muchas otras personas no consiguieron flanquear y la cual muchas otras personas, como yo, no sabemos, en que direcciĂ³n escalar, ni que camino tomar.
Tengo la extraña sensaciĂ³n, de que estoy vivo, y la extraña sensaciĂ³n de que estoy muerto. Simplemente dirĂa que tengo una razĂ³n de fuerza mayor para seguir vivo, una excusa por la que seguir en pie, un motivo por el que levantarme cada mañana y no caer en el intento.
Esa razĂ³n es ella. Ella lo es todo para mi, es mi alegrĂa antes que ninguna otra cosa pero, tambiĂ©n mi pena, mi tranquilidad y mi inquietud, mi presente y mi pasado, mi realidad mi futuro.
Pero, que es lo que me hace morir por dentro. Creo que soy yo mismo el que me mato por dentro. Me matan las dudas, me matan mis miedos, me matan mis inseguridades, me matan las palabras, me mata el tiempo.
Y que hago yo en vez de solucionar mi vida? Arruinar la de ella, contagiar mis penas, descubrir mis miedos, proclamar mi pena, sin darme cuenta de que ella se muere por dentro cuanto mas me muero yo por dentro y esto conlleva el mayor de mis miedos: El miedo a que muera lo que me mantiene vivo, nuestro amor, nuestro cariño, nuestra ilusiĂ³n y nuestra esperanza.
Y me siento mas solo que nunca, y mas desdichado de lo que deberĂa, puesto que me siento incapaz de saltar la frontera que me separa de la felicidad, no una gran felicidad absoluta y permanente, sino simplemente la felicidad que me merezco y que por mi culpa, ella no tiene, a pesar de merecerla muchĂsimo mĂ¡s que yo.
Es posible no encontrar un camino que esta delante de tus ojos? Es posible tener tu mayor apoyo siempre a tu lado y sentirte desorientado? Es posible estar vivo por fuera, y estar muerto por dentro?
· En que direcciĂ³n deberĂamos continuar?-preguntĂ³ el
· respondiĂ³- Solo el tiempo lo sabe, y mientras tanto, deberĂas empezar por curarte esas heridas.
· a lo que el dijo- Si supiera por donde seguir no seguirĂa haciĂ©ndome estas heridas recuerdas?
· y ella respondiĂ³- Lo se, asĂ que mientras tanto, yo te curare.
Y un dĂa mĂ¡s navegĂ³ sin rumbo, caminĂ³ sin sentido, y continuĂ³ muriendo lentamente por dentro, a la espera de la ayuda que necesitaba para ser feliz, al otro lado de esa indeseable frontera.
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